Nacimos en el campo
Dejamu empezó en 2007 en las montañas de Subachoque (COL). Una pareja, una vaca, una estufa de carbón y la convicción de que una vida sencilla en conexión con la naturaleza es posible.
Somos una agroindustria responsable
Estamos ubicados en una zona de Subachoque en donde está permitida la agroindustria y la ganadería. Hace 20 años recibimos una tierra erosionada por la agricultura intensiva: con el tiempo hemos mejorado significativamente la salud del suelo, sembrado miles de árboles y creado focos de biodiversidad que no existían antes.
Producimos alimentos sanos y honestos
Nos esforzamos por utilizar la menor cantidad de ingredientes posible. Esto significa menos conservantes, menos aditivos artificiales y más tranquilidad y bienestar para tí. Los productos Dejamu son ricos, naturales y ofrecen toda clase de beneficios para el sistema digestivo, inmunológico, los músculos y los niveles de energía.
Nos encanta explorar
Recorremos el mundo para aprender técnicas, recetas y nuevas y mejores maneras de alimentarnos. Fuimos pioneros en la introducción del yogurt griego en Colombia y todo el tiempo estamos desarrollando e introduciendo delicias que rescatan lo mejor de las tradiciones lácteas locales.
Unimos salud y conveniencia
Estamos convencidos de que comer saludablemente no tiene porque ser caro y complicado. Nuestros productos están disponibles en supermercados y grandes superficies en una gran variedad de formatos. Desde yogures hasta quesos frescos, opciones veganas, funcionales, infantiles y mucho más. Todo esto en presentaciones personales, familiares e institucionales.
Ofrecemos una experiencia práctica y serena
Nuestros puntos de venta son espacios lindos y tranquilos en donde encuentras recetas originales hechas a base de productos Dejamu y una cuidadosa selección de frutas, nueces y granos. También puedes abastecerte de nuestros productos empacados para llevar a casa. Hoy tenemos ocho puntos de venta en Bogotá y tres en Cali.
Buscamos el equilibrio
Trabajamos para demostrar que los emprendimientos productivos, cuando se hacen de manera responsable, pueden generar progreso económico y al mismo tiempo contribuir a la conservación ambiental y al bienestar social.